miércoles, 5 de marzo de 2014

El gesto de la cuenta.

Ruido y movimientos de pizería,
el partido en la tele que se enfría.
El arquero que se cambia los botines,
el fanático y sus ojos de adoquines.
En el espejo el panorama de las mesas,
entre las mesas de seguro alguien que reza.
Es que en el área hay un hombre que tropieza;
una protesta, dos empujones, una gresca.
Sacan del área lo que era la tercera guerra,
entre las mesas una cuenta que se cierra.
En la propina están los goles que se erran,
en el replay algo de amor y algo de yeta.
Si la camiseta es la misma de otras eras,
es música que no se cansa en las orejas.
Hay un color que se acentúa en las ojeras,
en el costado la bandera y la vieja.
En las pupilas sabe hablarse de miseria,
en las encías más que hambre,

glorias muertas.

Pasándole pomada.


"Dando a la tierra con el pie y con el riñón también.
Temperamento adentro siento, mi cuerpo se va a partir.
Temperamento afuera veo y todo se vuelve a unir."
Buenos Muchachos

Semana de campeonato.        
Las horas por momentos
son horas como látigos.
Horas de campeonato.
Los ratos por momentos
son ratos como tránsito.
Nervios que van y vienen como elásticos.
Horas de tránsito.
La vida frena en el pálpito. Y el silbato.
Ratos de campeonato
se acerca el alma al asfalto.
Rutas de campeonato
tapones se prenden al barro.
Sucios de campeonato.
Cicatrices de desgarros.
Rotos de campeonato.
Coser lo descocido de otros años.

San Martín y Tinogasta,
el final y la revancha,
el principio del amor,
la canilla y la bombacha.
A los costados tu vida,
en las banderas la magia.

No estarás sólo en la cancha.