Marcado con piedras el
destino
se va en el cordón
está decidido.
Un paño que en la
esquina es jodido,
doblan los coches
tirando finos.
Si sigue en la vereda
es para lío,
raspones fluorescentes
y resfríos.
Jugar hasta la noche
si es posible
siempre hay uno en el
barrio que es temible.
Debo pisar contigo
para elegir
lo mejor que está por
venir.
Quiero al Chirola y al
Martín
quiero a Fonseca y a Francescoli.
Camisetas de Boca y
del Bolso
Inter de Milán y San Lorenzo.
Éste estadio sí que es
inmenso,
chicles perros puchos,
asfalto y desierto.
La vieja de siempre
que se queja.
Mi vieja en mi casa
cuece las lentejas.
Cubro la gallina contra
las rejas.
Más de mil pelotas en
las tejas.
Mi viejo relojea de la
esquina.
Sube el griterío y la
adrenalina.
Una tribunita con tres
minas
acelera el cuore y las
rimas.
En mi camiseta guardo
el recuerdo
de cuando jugábamos por
el refresco.
Hablan mis cicatrices
cuando pierdo
cuando gano río verso
a verso.
Cien camisetas más de
mil partidos,
en la callecita o en
el baldío,
más de cien aplausos,
más de mil amigos.
No importa más nada si
tú estás conmigo:
pelota, gallina,
guinda, globa.
Canto las canciones
que el corazón me roba.
Hecho de lamentos y de
bromas.
Si juega aquel es un
afane.
Si jugás conmigo no
hay quien nos gane.
Si juega mi hermano es
un gol seguro.
Si está pronta la
leche lo hace de apuro.
Gracias compañeros famosos
en mi piel.
Gracias por el sudor, gracias
por el ayer.
Oigo los relatos de la
radio que no fue,
Cae el telón. Tango
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