jueves, 26 de septiembre de 2013

Si existiera la canción.

Para Bigote López

He querido escribirte mil poemas, uno por gol y más.
Pero basta tan solo con verte correr tras la gallina,
entorpecer el destino del cuero, peinar gramilla, o sacudir polvo.
Basta esa melena como azote del número en tu espalda.
Basta verte vestir como un tatuaje ese amarillo y rojo,
ese whisky y sangre, ese Canario y ladrillo.
Esa casaca con esa solapa llena de barrio.
Ese griterío en el escudo, ese tamboril en el costado.
Repique y piano en el área, chico el mundo
grande Obdulio.
Y una vez más, con pedazos de mundo en los tapones,
romper esa red de lo dicho, decir otra vez la palabra
que pocos saben decir.
Alarido de indio en la tierra, un pacto de amor de bandera.
Un centro de gol es la escuela, puntazo certero a la esfera.
La esquina se pinta, se presta el alma,
nunca se vende lo que no se calma.
Y una vez más romper esa red de lo dicho, doblar las púas con el grito,
sacudir los colores ardidos y saber

que debajo de tu camiseta está la música.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Cuando el premio para el vencedor era la muerte.

(de Zapicán Rodríguez)


Seguro que muchos hinchas del  fútbol conocerán cientos de partidos históricos,  pero hay un partido de fútbol especialmente emotivo que se jugó en 1942, y donde el premio para los ganadores no era ninguna copa, sino su muerte. En 1941, durante la 2º guerra mundial, Ucrania era una de las republicas socialistas soviéticas  que formaban parte de la URSS. Kiev, la capital, fue ocupada por los nazis hasta el 6 de noviembre de 1943, y durante esos años la ciudad estuvo llena de refugiados de guerra que se les despojó de todos sus bienes y para los que sobrevivir a un nuevo día era toda una odisea. 

Una de las cosas que se prohibieron fue el fútbol, ya que el antiguo equipo, el Dynamo de Kiev estaba fundado por miembros de la policía comunista. Pero un panadero alemán llamado Kordyk, y amante del fútbol que había sido seguidor del prohibido equipo, reconoció en la calle a un mendigo que no era otro que Mykola Trusevych, golero y antigua estrella del Dynamo. Viendo su lamentable estado le ofreció trabajo para limpiar la panadería. .
Disfrutando de las historias de los años dorados que le contaba el jugador de fútbol, Kordyktuvo la idea de reunir a todos los antiguos jugadores de su equipo favorito. Con la ayuda deTrusevych, localizó entre los mendigos al resto de caídas estrellas y les dio trabajo para ocultarlos de los nazis, pero no pudo completar su equipo, así que también dio trabajo a algunos jugadores del Locomotiv,  recomendados por Trusevych.
 De manera clandestina, recuperaron la única pasión que podían tener, volver a jugar al fútbol, y para evitar el acoso nazi, cambiaron el nombre de Dynamo a F.c. Star. A pesar de las largas jornadas de trabajo y una alimentación deficiente, gracias a su calidad comenzaron a ganar partidos hasta que unos meses después se enfrentaron con un equipo alemán al que derrotaron. Los nazis, nerviosos, buscaron otro equipo mejor que también fue derrotado, haciendo que la fama del modesto equipo de panaderos corriera como la espuma. .
Aquello supuso el principio del fin. Algunos nazis propusieron detener y fusilar a todos jugadores, pero los altos mandos sabían que aquello no haría más que aumentar la leyenda del modesto equipo, y decidieron antes de fusilarlos, organizar un partido oficial con los mejores jugadores alemanes de las  Wehrmacht (fuerzas armadas nazis), así se confirmaría la supremacía alemana en el deporte, una obsesión del régimen, pero volvieron a ser derrotados. El equipo nazi era el Flakelf.
El Flakelf pidió la revancha, y se preparó a conciencia sabiendo todo el prestigio que se jugaban, y llegó el gran día, el 6 de agosto de 1942, en el estadio Zenit, y con los palcos repletos de autoridades y mandos nazis, iba a comenzar un partido que desafiaría a todo el régimen  de Hitler y sería conocido a partir de ese día como “El partido de la muerte”.  Ya en el vestuario, un nazi dice ser el arbitro y pone como condición esencial que el Starefectúe el saludo nazi, y de inmediato empezar el partido, pero esa es la 1º provocación, los jugadores saludan con la mano en el corazón ante el asombro de los presentes, y en lugar de decir “!Heil Hitler¡”, gritaron “!Fizculthura¡”, un eslogan soviético que proclamaba la cultura física. .
Los alemanes empiezan de manera más que agresiva golpeando indiscriminadamente y sin disimulo a los jugadores del Star ante la pasividad del árbitro, y marcan el 1 gol ante el clamor del estadio. Pero pronto se invierten las cosas, y se llegaría al descanso del primer tiempo con la victoria del Star por 2 a 1.
El comandante de ocupación,  Eberhardt,  baja al vestuario local y tras decir a los jugadores del Star que Alemania nunca ha perdido en un territorio ocupado, advierte con su arma en la mano que ganar traerá consecuencias, pero eso no parece asustar al equipo que vuelve en el segundo tiempo con mas fuerza que nunca, y a pesar de las violencias de los alemanes, los ucranianos meterían 3 goles más. Hacia el final del partido, cuando ganaban 5 a 3, un jugador llamado Klimenko quedó solo frente al portero alemán, lo eludió, y en lugar de meter el  gol, tiró la pelota hacia el centro del campo en un gesto de desprecio que hizo que la delegación alemana se retirase.

El destino estaba escrito. Una semana después del partido, varios jugadores del Star ex-Dinamo fueron arrestados y torturados por la Gestapo, acusándolos de pertenecer a la policía comunista. Uno de los futbolistas, Mykola Korotkykh murió mientras era torturado. Los demás fueron mandados al campo de concentracion de Syrets. Alli fueron asesinadosIvan Kuzmenko, Oleksey Klimenko y el golero Mykola Trusevych, que murió con la camiseta puesta, en febrero de 1943.
Kiev la ciudad capital de Ucrania fue liberada en noviembre de ese año, pero fue hasta después de la caída de la antigua URSS, que esta historia no se divulgó. El 16 de noviembre de 1943, Izvestia fue el primer periódico en informar de la ejecución de los deportistas por los alemanes, aunque el partido en sí no fue mencionado. Los jugadores supervivientesFedir Tyutchev, Mikhail Sviridovskiy y Makar Goncharenko, fueron los responsables de la popularización de esta historia soviética en la cultura popular.
La historia fue contada en el libro “El partido de la muerte”, y el cineasta  John Huston se basó en dichas anécdotas para realizar   “Evasión o Victoria”, que contaba con SylvesterStallone, Michael Caine, Max Von Sydow e incluso Pelé, aunque también hay tres películas soviéticas inspiradas en estos hechos.
Hoy en día hay un monumento frente al estadio Zenit, rebautizado como estadio Star en 1981 en su honor. Los jugadores son considerados héroes, y su historia se enseña en los colegios. Los que conservan una entrada de aquel día tienen un pase especial para ver de por vida al Dynamo de Kiev.
Este lunes pasado se cumplieron 71 años de un partido donde el premio a los ganadores fue su muerte.-

lunes, 26 de agosto de 2013

Dolor de nueve

Para el popular "Chacha" Gonzalo Malán.

No te soltás del agarrón
estás atrapado en el vicio del gol.
Te cambia la cara. Te pesa el sudor.
Se quiebran los ojos por el sol.

Y en ese segundo el amor pica mal
tuercen los tobillos en danza de sal.
Vertical rebote en tiempo letal,
se desgarra el vientre por gritar.

Suena rocanrol y cumbiamba.
Todo se mezcla en el baile del área.
Humos de la tierra, clavos con veneno,
revólver cargado, tomá hacelo.

Ese gol es tuyo te pertenece,
religión patrona que te estremece.
Santas jugadas que nunca se parecen.
Ya lo estas gritando el murmullo crece.

Explota la vida en el alambrado.
Ronquera rapaz tangos oxidados.
Buscás con el dedo a tus hermanos.
Vivirías ahí,

colgado.


miércoles, 17 de julio de 2013

De Amores



Escrito entre el gol de Avenatti a España y el gol de Bueno a Irak.



En cada ventana la tele prendida

refulge el verde entre las ruinas.

Vivo una jugada en cada esquina,

la radio me avisa,

la sacaron en la línea.

Frena un auto la bocina lista,

el dial que tiembla aunque se resista.



Profesionales 40 mil, 4-4-2 mezquino y fértil.



Freno por las dudas a vichar y Bueno que la manda a guardar

sin dejarla picar.

Un pistero de la Ancap sale a gritar:

¡lo hice yo, lo hice yo!

jueves, 4 de julio de 2013

Lectura de Poesía Futbolera

Hoy Viernes 5 de Julio a las 21 hs en la Cantina del Guruyú Waston (Maciel 1277) estaremos leyendo poesía y curiosidades futboleras.

Hernán Poloni Gruler / Agustín Lucas

Hernán Planchón (guitarra).

Todos invitados con tapones de fierro.

lunes, 17 de junio de 2013

Gran Baile en la I.A.S.A

Genial secuencia de fotos de lo vivido el sábado, reflejados en la copa de Campeón.

Malandragem: Sábado 15 de Junio de 2013 Gran Baile en la I.A.S....


El pasado sábado se llevo a cabo el partido entre Deportivo Maldonado y la I.A.S.A en el Parque Palermo. La I.A.S.A logró consagrarse campeón.

SUD AMÉRICA (Por Diego Hernández)


Otra increíble secuencia. La emoción en imágenes, que las disfruten.



diegomiafoto: SUD AMÉRICA (dedicado a AgustínLucas, soñador)
Sá...


Sábado 15 de Junio de 2013 Montevideo. Hermosa mañana en el Parque Batlle con la particularidad de no ser solo un día soleado, había una historia por ahí que se quería contar.

lunes, 10 de junio de 2013

La Pasionaria

Para los campeones, IASA 2013

Pobres poderosos pobres en venta,
somos mediocres aunque nos mientan.
Cargo en los botines la herramienta,
sé que para soñar no hay receta.
Somos los retadores porque la vida nos reta,
sabemos de dónde venimos y cuál es la meta,
de lo que pasa en el medio no hay profetas.
Cuidado Gloria no dejes las puertas abiertas.
Correr y soñar, vivir es jugar, cada día un pitazo para volver a empezar.
Necesito una rima para alcanzar, lo que está en la cima.

Duchas frías, remeras ardidas, canchas duras, pocas entrevistas.
Nada es más dulce que la lista, de los que están citados para ir a la pista.
Me quedan tres gramos de poesía, dos litros de sudor,
un pelotazo a la astronomía.
No dejo de pensar en ésta filosofía,
un pase milimétrico, un despeje en la geometría.

Quiero goles grita un desquiciado,
hay un juez pitando a contramano.
Once tipos que sueñan demasiado,
tres cambios que reviven lo soñado.
Un partido, dos, tres partidos.
Un empate, dos, tres perdidos.
Una victoria, dos, tres historias.
Un poema, dos, pienso en la Gloria.
Entro al área de la memoria,
recuerdo cada día como a una novia,
el primer beso a la red, la segunda pelota,
la canción la escriben canilleras rotas.
Zapatos usados, cicatriz, derrota,
ganar en la hora cuando la tabla azota.
No hay tres resultados si estás enchufado,
la electricidad es el estado,
de estar esperando el partido esperado,
el que viene, el siguiente, y el nunca jugado.
Se termina el verso, se termina el show,
se termina el tango, la cumbia y el rock.
Se termina el llanto, la angustia y el shock,
se termina el árbitro, la mufa y el sol.
Se termina la vida, otra ya empezó,
cada sábado es una resurrección.
Cada jugada una construcción,
cada rezo un pase de gol.
El área grande es mi religión,
no creo en nada más que en vos,
con la camiseta y el corazón,

Tapones de Fierro, raspón y color.




Si tus colores



Olor a lilimento,
versos en cada zapato.
Formas del amor, ojos brillando.
Tapones golpeando el alma,
palmadas que piden calma.
Se habla de presión, se habla de rabia.
Se habla de reír, se habla de fama.
Se habla del dolor. Se habla del drama.
Se habla con pasión. Cara con cara.
Se habla del error y del acierto.
Tribunas llenas, estadios desiertos.
Se habla hasta que todo calla un momento,
pita el juez, empieza el concierto.
Rock del aliento, lluvia de centros,
noventa milagros peleándole al viento.
Verano en el pecho, invierno en los sesos,
no existen palabras cuándo te beso,

camiseta.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Bar Iberia


La máquina de café en la esquina donde dobla el mostrador,
como un fabuloso Cadillac quemando ruedas, leche, agua
y al fin el pocillo, que vuela como un no identificado objeto.
Un hombre impávido desliza con los coches su tardecita, pierde su mirada en una mina,
tuerce sus ganas de alcohol.
Limpia sigiloso con la servilleta, lo que queda de viejo en la mesa,
lo que queda de viejo en su voz.
Todo tiene que ver con Montevideo.
Pasa la tarde, cambia el sol su tenor de calor.
Los hombres se van, ya vieron los goles. Y las mujeres.
Las botellas vacías ruedan a los cajones.
Las máquinas quedan llenas de fichas y de ilusión.

Las cuentas, los números, cafetín.