Ruido y movimientos de pizería,
el partido en la tele que se
enfría.
El arquero que se cambia los
botines,
el fanático y sus ojos de
adoquines.
En el espejo el panorama de las
mesas,
entre las mesas de seguro alguien
que reza.
Es que en el área hay un hombre
que tropieza;
una protesta, dos empujones, una
gresca.
Sacan del área lo que era la
tercera guerra,
entre las mesas una cuenta que se
cierra.
En la propina están los goles que
se erran,
en el replay algo de amor y algo
de yeta.
Si la camiseta es la misma de
otras eras,
es música que no se cansa en las
orejas.
Hay un color que se acentúa en
las ojeras,
en el costado la bandera y la
vieja.
En las pupilas sabe hablarse de
miseria,
en las encías más que hambre,
glorias muertas.
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