Para Pato Ferreira y Juanpa Bostero
Núñez
está rodeado de fantasmas, busco la entrada en la claridad.
Ajusto
auriculares como armas, pues mi mente está caldeada y hervirá.
Miento
a un policía que desafía, entonces desafío un poco más.
Miento
¿que era lo que te decía? Se distrae, puedo pasar.
Una
dosis fuerte en los oídos, es rocanrol siempre lo ha sido.
Hago
que no escucho gritos y silbidos, y voy. Ahí voy.
En
el chico juega el Pato un pibe del barrio.
En
Riber Pleit un circo organizado.
Me
encierran en un palco VIP soy invitado.
Es
peor que una pecera con peces ahogados.
De
souvenir un azúcar con el escudo del cuadro.
Del
resultado ni idea no importa demasiado.
Se
terminó el folklore de vino, faso y asado,
cuando
escucho cánticos antibolivianos.
No
se salvan peruanos, putas y homosexuales,
no
se callan ni aunque lo pida el altoparlante.
Sin
embargo los Borrachos del Tablón,
suben
el volumen de la canción.
El partido se termina con
jugadores de paso,
el
racismo en la tribuna me vuelca el vaso.
Sentencio
todo con un gargajo, en plena estupidez sentimental*.
*Zitarrosa