sábado, 7 de marzo de 2015

El lado B.

 Para Bruno.

 Desconcertado de mi mismo,
 acongojado por el sismo,
 pateando lunas y pelotas de papel.
 Acostumbrándome al olvido,
 fui buscando algún testigo
 y me encontré con los amigos del ayer.
 Armar el cuadro con retazos,
 despertar a los portazos
 de un vestuario siempre a punto de llover.

 Vuelvo a repetirte que la vida es cruel.
 Pero siempre hay canchas nuevas por correr.
 Una línea de cal, un disparo a la red,
 un centro al área envenenándote la sien.

 En el medio del poema me encontré con Belvedere.
 Y en un dulce bondi verde siempre a punto de toser,
 dimos vuelta aquel casete, y pusimos a sonar el lado B.

 Vuelvo a repetirte que la vida es cruel.
 Pero siempre hay canchas nuevas por correr.
 Una línea de cal, un disparo a la red,
 un centro al área envenenándote la sien.

 Belvedere, Belvedere,
 un percal azul y negro te viste cabeza y pies,
 y en el cuore de la hinchada
 te queda chica la B.
 Belvedere, Belvedere,
 cortejo de banderines,
 centenarios camarines,
 y éstas roncas ganas locas de volver.


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